Ya son más de 15.000 km durante 3 años
consecutivos recorriendo buena parte de Europa. Siempre me he preguntado los motivos por los que somos capaces de utilizar parte de nuestra vida en
buscar nuevos horizontes.
De hecho llevamos genes nómadas en nuestras
venas, pero está claro que nuestro entorno, motivaciones, presupuesto e
influencias del exterior condicionan nuestro comportamiento.
Un amigo me decía, con mucha razón, que “el éxito
de cualquier negocio (entre ellos el turístico) radicaba en poner al servicio
del pueblo aquello que estaba restringido al uso de unos poco privilegiados, ricos,
poderosos…”
El principio de identidad confunde nuestras
preferencias y nos hace eso sí, más iguales,
todos los viajes serán a los mismos sitios y todos veremos los mismo.
Recuerdo que a mediados de los 80 de siglo
pasado, ya ha llovido desde entonces, hacia turismo rural, pero rural, rural, visité
el cortijo de El Alcázar en Alcaucín (Málaga) y fue toda una odisea, transporte en 2 autobuses desde Málaga y una
larga caminata desde el Puente de Don Manuel
hasta el cortijo, unas 7 horas en total, eso sí antes de visitar en el pueblo al depositario
de la llave del cortijo o mejor super llave,
de unos 25 cm y casi un cuarto de kilo de peso.
El cortijo , era cortijo, cortijo, con
literas y camas de muelle pero sin colchones, sin luz, con suelo de tierra
compactada, el cemento brillaba por su ausencia y la cal desconchada y humedecida sobre la pared
dibujaba un mapamundi de efectos multicolores a la luz de la linterna. Dormir
en el suelo fue la mejor solución, al menos te protegía del rocío de la noche.
Nada que ver con las “casas rurales”
actuales, verdaderos hoteles de lujo, con spa, spa, chimeneas última tecnología, aire
acondicionado etc. etc. , aquí no te dan
la pesada llave, debes hacer reserva y por supuesto abonar “dinero en depósito”,
que ya te escama/mosquea no por lo que tú vayas a romper o destrozar, sino por
los que vayan o hayan ido haciendo botellón, ruido o demás desmanes sean tus
compañeros de viaje por el entorno.
Así ciertos lugares maravillosos y dignos de protegerse, como las
Alpujarras, la Axarquía, Sierra de las Nieves se han convertido en auténticas
ferias sobre todo en Navidad, verano o Semana Santa.
Es
complicado elegir cuando existe tanta
información, internet, redes sociales y encontrar
“tu viaje ideal” hay viajes para
singles, viajes para homos, viajes para fotografía, viajes con encanto, viajes
imposibles, todo perfectamente estructurado para no pensar en los problemas
cotidianos. Pero lo mejor es dejarse aconsejar por amigos familiares ellos
saben siempre lo que te gusta, claro lo
que le gusta a ellos y a lo que todo el mundo le gusta, es decir lo mismo.
Así un
crucero, en un barco, barco, no deja indiferente a nadie, vendible ante las
amistades, perfectamente organizado,
comida abundante, cómodo, sin nada que hacer,
tiempo suficiente para gastar dinero, rascarte
la barriga o lo que quieras y hacer visitas de puerto en puerto como un magnate,
no importa que tengas que pagarlo a
crédito de 12 cómodos plazos, pero bueno, se dice, merece
la pena al menos una vez en la vida.
No es
mi elección, que no me esperen, hacer colas para comer, escuchar los gritos de
unos y de otros, ponerme la ropa que ellos digan, para asistir a los eventos
que te ofrecen y dejar a los niños encerrados en “zoológicos educativos” llenos
de bolas y atracciones. Pues la verdad
es que no, se agradecen los servicios que se ofrecen pero me gusta organizarme mi tiempo libre a mi manera. No es la mejor
opción al menos es la mí.
Van quedando menos alternativas los viajes
organizados pueden ser una opción para
viajes cortos o puntuales, reservando alojamientos y/o transporte o hacerlo
conjuntamente en una agencia. Nos asesoramos a través de Internet, consultamos
precios, comparamos y elegimos los lugares con mejores referencias.
Sin embargo me gustan los viajes de aventura, sí, aventura, aventura. No irme
al Nilo o al Amazonas ni a Groenlandia, al Ártico o a la Antártida. Son los
viajes reales, reales de verdad, puede
que no sea la mejor elección para muchas personas, no son viajes excesivamente cómodos, más económicos, tienes que tener siempre la mente activa, te
cansas, son imprevisibles, tienes constantemente que elegir entre varias
opciones, la comida te la tienes que buscar y hacer, pero eliges hacia donde ir
y además no sabes exactamente cuándo volver y dónde dormirás al día siguiente, estimulas
los sentidos y te conviertes en un ser nómada, como nuestros ancestros y cuasi libres.
Así nos permitimos visitar los lugares típicos y tópicos, es decir dónde
va todo el mundo, busco aquellos muy
interesantes para nosotros y que no lo son para los demás, aquí no hace falta
hacer reserva y por último los lugares que nos encontramos por el camino y que
a veces son los mejores, son las maravillas escondidas, paisajes perdidos o
remotos, descubrimos personas o personajes entrañables, curiosos que existen y que
no precisan referencias. Pasas de ser un turista, turista a poder descubrir, aprender
y sobre todo pensar. Eso sí me interesa.
Así que
a preparar nuestra visita a la Bretaña Francesa, tierras danesas y sur de Suecia o el lugar
que encarte, cómo o cuándo sea.
El placer de utilizar nuestro tiempo de vacaciones
este año llega a su fin con el otoño, sin embargo todo está en nuestra mente,
aquello que deseemos hacer será aquello que imaginemos, sea real o no. Así el
mejor viaje no es ir al lugar más lejano y exótico, sino aquello que te mueve a ir a ese lugar, el camino, las opciones son múltiples. Merece la pena intentarlo. Buen viaje.