La orografía que presenta la
comarca de Antequera hace posible la existencia de abrigos, en los cerros que
la circundantes, enclavados entre la Sierra de Chimenea, El Torcal y la Vega, a
una latitud de 600-700 metros, podemos localizarlos, dispersos de este a oeste desde el arroyo de Las Angosturas, cerca de
Archidona, hasta el cerro de San Nicolás y el Monte Hacho.
En las fértiles tierras entre los arroyos de la Plata, Adelfas y Villa vivieron a lo largo de la
historia comunidades humanas que
disponían protección, cobijo y alimento.
Si bien no hay constancia de la
existencia en estos abrigos de pinturas representativas, como ocurre en otras
zonas cercanas de la provincia, sí es posible distinguir “grabados esquemáticos”
según define Rafel Maura Mijares et alli en su trabajo publicado en Mainake,
XXVIII /2006/ pp. 433-455 / ISSN: 0112-078-X y también discutir su datación
como prehistóricos o históricos.
Un paseo por el parque periurbano
del Pinar del Hacho nos sumerge en un paisaje rico en flora y fauna, formaciones
vegetales como lentisco, romero, matorral y pastizal además es cruzado por el Cordel
de Antequera a Málaga, antigua vía de comunicación con la capital,
además hay restos cerámicos de prehistoria reciente y en los abrigos rupestres aparecen
grabados esquemáticos, que he localizado y fotografiado.
Además de los abrigo existe un antiguo
acueducto de un solo arco que cruza el Arroyo de los Porqueros, conocido
popularmente como Arquillo de los Porqueros.
Un paseo para el cuerpo y un
recuerdo de nuestra historia.
