Han pasado 16 años,
desde que me publicaran en El Semanal de El País, un artículo sobre la casa de
Gerald Brenan en Churriana (Málaga), en que ponía de manifiesto el mal estado
de conservación y deterioro que presentaba en 2001.
Felizmente la casa rehabilitada ha sido
convertida en centro cultural, recoge hoy parte del legado del hispanista y se
celebran charlas y conferencias.
Ya han pasado bastantes años y se echa de menos,
esa parte de la historia escrita por Brenan, desde
sus amigos Hope-Johnstone y Ralph Partridge que le introdujeron en el Círculo
de Bloomsbury, su romance con la pintora Dora Carrington, otros inconfesables o
su relación de amistad, tan vinculada a Churriana, con Julio y Pío Caro
Baroja.
El entorno actual urbanizado no es el mismo pero
creo que su espíritu rondará por la cercana finca El Carambuco, en el largo
paseo de nogales americanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario