sábado, 18 de abril de 2020

Mirlos.

Nuevos compañeros en casa.


Hogar en sepia.



La Epidemia. Antequera.



Las decisiones humanas o divinas parecen estar condenadas a encontrarse en la fe o en la razón por mis convicciones me quedo con lo segundo, pero hay considerar que aunque nuestro mundo lo estamos cambiando casi siempre a peor, éste se rebela y en el tiempo nos vence, nos cambia a nosotros mismos.

Recuerdo que hace unos años en la primavera de 2011 me llamó la atención un cuadro “La Epidemia”, expuesto en el Palacio Episcopal de Málaga, había arte religioso, pintura, escultura y material de los siglos XVI, XVII y XVIII en la provincia de Málaga.

Llamó mi atención, la miseria, la pena, el desencanto de la enfermedad en la población, la impotencia de la situación y la consideración de la salvación divina, pensé en aquel momento que de las dos calamidades que azotaron Antequera en la segunda mitad del siglo XVII, la epidemia de peste y el terremoto de 1680, ambas seguro volverán a ocurrir, me inclinaba por un terremoto cercano en el tiempo simplemente por probabilidad e imaginaba un lugar en el monte para cobijarme mi familia y yo.

Está claro que nueve primaveras después, la historia se repite pero confinado en casa y no por un terremoto imprevisible, mi clarividencia falla pero el sentimiento del pasado y el presente sigue estando vivo, activo a la espera que la razón nos ilumine y la ciencia nos proteja.