Durante la primavera de 2011 pude visitar en el Palacio Episcopal de Málaga la exposición sobre nuestro pasado entre los siglos XVI , XVII y XVIII, a través de la pintura, escultura y arte sacro.
Entre las obras presentadas me llamó la atención por su dramatismo una pintura de autor anónimo, llamada “La Epidemia” que representaba el sufrimiento del pueblo antequerano durante la segunda mitad del siglo XVII.
Las epidemias de peste bubónica y amarilla no dieron tregua durante el siglo XVII, provenientes de África o de los Países Bajos, favorecidas su expansión por las malas condiciones higiénicas y las condiciones de vida. Por aquellos años las bajas temperaturas y las malas cosechas diezmaron a la población.
Entre las obras presentadas me llamó la atención por su dramatismo una pintura de autor anónimo, llamada “La Epidemia” que representaba el sufrimiento del pueblo antequerano durante la segunda mitad del siglo XVII.
Las epidemias de peste bubónica y amarilla no dieron tregua durante el siglo XVII, provenientes de África o de los Países Bajos, favorecidas su expansión por las malas condiciones higiénicas y las condiciones de vida. Por aquellos años las bajas temperaturas y las malas cosechas diezmaron a la población.
Para colmo de males el 9 de octubre de 1680 se produjo un fortísimo terremoto con epicentro a menos de 30 km de Málaga capital en la Sierra del Agua, cerca de Carratraca. El resto de Europa tampoco estaba pasando un buen momento. El cuadro describe el sufrimiento, el dolor pero desde un sentido de culpabilidad, maldición divina e impotencia.
Guillén Robles en su obra “Historia de Málaga y su provincia” de 1874 reeditada por Arguval en 1983 describe : “…las muertes crecían diariamente, los médicos no hallaban ni en su inteligencia ni en su ciencia recursos para combatirla, y la imaginación popular, profundamente impresionada, creía ver en los aires columnas de fuego que se cernían sobre la ciudad, entendiendo la terrible dolencia en el seno de sus hogares.”
Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz y Jaime García Bernal, hablaban de “El temblor de 1680, entre tradición retórica y pedagogía moderna” © Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 32, 2010, 339-353. ISSN: 0212-5099 . Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Málaga. Campus de Teatinos, E-29071 Málaga (España): “Ante la magnitud del castigo divino (pedagogía del miedo), no cabe otra vía que el arrepentimiento y la conversión, individual y colectiva, … que invitan a reconstruir el orden moral, que también es orden social; todo ello con una cuidada estrategia eclesial. Así se refleja en funciones religiosas, procesiones y misiones populares.”
Dura etapa de nuestra historia, que es bueno conocer interpretar y que no deja duda que ante el desconocimiento, siempre ha sido mejor para contentar las conciencias, creer en los aspectos divinos más que razonar y profundizar en lo racional y humano por duro que pueda resultar.
NOTA: El cuadro se encuentra en la actualidad en el Convento de Santo Domingo de Antequera (Málaga). La Virgen en la parte superior izquierda representa a Nuestra Señora del Rosario.
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