El arroyo serpentea en dirección sur creando remansos de agua y entre las colinas pueden divisarse un gran número de abrigos utilizados como refugio en otras épocas.
Además desde la cima de una pequeña cima pueden distinguirse estructuras rectangulares realizadas en piedra , que justifican la existencia de un asentamiento en la época tardorromana entre siglos II-V d.C.
En la zona pueden identificarse enterramientos, en fosas rectangulares con tégulas o lajas de calizas.
El entorno es puro silencio alterado por el fluir del agua y el aleteo de alguna perdiz despistada que interrumpe su canto en su rápida huida. Lástima que dos horas de paseo se hagan tan cortas. A repetir.
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